¿Paso o viro?



Seguro que a los que tienen el gusanillo de la competición en esto de la vela les ha pasado esto que voy a contar. Para los que no navegan, que me consta que hay alguno que lee el blog y no navega, os diré que esto que voy a contar es el típico "pique" que también sucede en cualquier otro deporte.

Amurado a estribor en una ceñida  me cruzo con alguien que viene amurado a babor al que miro por el rabillo del ojo mientras intento hacer ver como que no me importa lo que haga. A una distancia en la que ambos sabemos que las cosas empiezan a ponerse comprometidas, surge el pique y el amurado a estribor pregunta, "¿Paso o viro?".

La vela no es un deporte en que tengas que comunicarte mucho (a mi incluso me viene bien esto). Las reglas, aunque complicadas, están pensadas para no tener hablar demasiado, ya que a veces es difícil que te oigan. Pero el hecho de que el amurado a babor haga esta pregunta, es ya información en si misma. Para mi está claro que él (o ella) queire pasar por mi proa, porque si quisiese virar e ir en tu dirección ya lo habría hecho, ¿no creeis?.

La pregunta que me hago es si me conviene o no dejar pasar a alguien por mi proa. Pelear por mantener la posición o dejarle pasar de largo, casi como la frase de Shackespeare "Ser o no ser" ;).

La única regla que siempre sigo es que si hace poco viento nunca dejo pasar a nadie, y además aviso con bastante antelación para evitar confusiones. Cuando no lo he hecho así han venido los problemas. Para virar con poco viento siempre es bueno tomárselo con calma.

Si el otro (o ella) es bueno,... es decir muy bueno, empiezo a analizar porqué querrá navegar en el otro bordo, suelo pensar demasiado y dudo si ir o no detrás de ella (o él). Usar la cabeza en una regata es bueno, pero pensar demasiado agobia, y ultimamente he empezado a simplemente confiar en el instinto, que no es más que la suma de cosas que has aprendido anteriormente, y que tu cerebro ha procesado inconscientemente.

No sé donde leí que eso que llamamos corazonadas o pálpitos no es más que nuestra cabeza diciéndonos lo que tenemos que hacer en base a la experiencia de situaciones similares que has vivido anteriormente.

Me ha salido un post un poco raro, ¿no?

Asalto a Cíes

Empiezo a echar de menos el no poder escribir en el blog tan a menudo como antes, y esta última pequeña aventura ha hecho que mi incontinencia verbal (o escrita) sea más fuerte que mi vagancia. Nos hemos juntado unos cuantos de los amigeutes habituales del Laser Standard Galicia, y hemos decidido usar nuestros barcos esta vez para hacer una travesía de placer. La idea llevaba rondándonos un tiempo y poco a poco se ha ido materializando a través del esfuerzo de todos.

Las islas Cíes o las Ons eran objetivos de nuestro "desembarco". Ambas forman parte del Parque Nacional Marítimo Terrestre das Illas Atlánticas de Galicia y para nuestro "Día D" topamos con el papeleo propio del acceso a lugares como estos. Primero el Parque y luego la Capitanía Marítima de Vigo tuvieron que tramitar el correspondiente permiso que, con un poco de ganas de nuesto secretario Mario Morillo, y con la ayuda del mi club, el Liceo Marítimo de Bouzas, se sacaron adelante.

Diez lasers, dos barcos de apoyo unas tiendas, unos sacos, y unos bocadillos y a pasarlo bien navegando por la Ría de Vigo hacia las islas. Para que cualquiera se pueda hacer una idea del ambiente de broma y cachondeo que  rodeó a todos los que nos lanzamos, Óscar Álvarez ha editado este vídeo con varios momentos de la travesía. Yo me he quedado sin palabras ;).



La cosa empezó el sábado a eso de la una de la tarde, saliendo de la dársena de bouzas, con un SW típico de la ría, chuvascos cada media hora, y buena intensidad. Durante la primera parte de la travesía, nos dirigimos a la orilla N de la ría, en el recorrido típico que a vela se suele navegar para ir a las islas, y el tiempo fue mejorando a medida que recorríamos la costa, al mismo tiempo que el viento rolaba hacia el NW. Hasta que tuvimos la primera rotura.

Recorrido de ida (rojo) y vuelta (verde).

El palo de uno de los 10 se vino abajo al romper por el remache de la punta (¡como no!). Menos mal que contábamos con dos barcos de apoyo, y una vez desmontado el aparejo el barco se remolcó sin problema.

Nos reagrupamos por última vez en la boya de subrido, cerca de cabo home, para dar el salto todos juntos, cruzando el canal N de salida de la Ría hacia la playa de Rodas. Cuando ya quedaba menos de una milla para llegar a tierra, el sol decidió salir, tal como anunciaban los partes. Y nos dejó una tarde de playa de esas que saben a gloria.

Total, que hemos conseguido llegar a Cíes y completar nuestra pequeña travesía en láser, luchando contra los permisos, la logística, el tiempo y las roturas. Pequeña aventura comparada con otras que dan mucho más miedo.
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