Llegando a la boya de barlovento

Cuando estoy llegando a la boya de barlovento siempre me asalta la misma pregunta. ¿Como aproximarme para pasarla sin problemas?. Con problemas me refiero a tener algún "pollo", o a quedarme corto en el último bordo. Todo ello tratando de mantener la posición o incluso intentando ganar alguna. Para esto controlar las maniobras es esencial, para poder colocar el barco en la posición que hemos decidido que nos favorece.

Rara vez paso una boya en primer lugar, y la verdad no le encuentro mucho misterio a hacerlo en esa posición salvo, claro está, el conseguirla. Navegando con viento limpio, y controlando a la flota, si todo va bien pasar la boya no representa ningún problema. Donde sí veo mérito (y es mucho más divertido) es cuando se ha de virar la boya en medio de la flota, con barcos aproximándose al mismo tiempo.

Sin roles de viento muy grandes, suele haber dos opciones, que son llegar amurado a estribor recorriendo la layline de ese lado del campo, o llegar amurado a babor e intentar colarse. Estas dos maneras son como dos formas de ver la vida, dos maneras de pensar. Una, diría yo, más conservadora y la otra más arriesgada. Ambas pueden dar buenos resultados o dejarnos tirados en la cuneta.

En una regata con una folta numerosa siempre habrá un grupo de barcos que elija llegar a barlovento amurado a estribor, formando una fila de velas que puede llegar a ser un verdadero muro para el viento. Cada barco que llega a la layline de estribor, vira y ocupa su lugar en la fila. Como todos van amurados a estribor tienen, según la regla 10, preferencia sobre los que llegan amurados a babor. Esta forma de aproximarse es muy segura, pero ¿qué pasa si el viento rola?. 


Si el viento rola hacia la derecha toda esa fila de barcos estará recorriendo más distancia que los amurados a babor, porque se habrán pasado de layline. Cualquier barco que llegue amurado a babor a la layline de estribor, virará por debajo de esa línea y podrá alcanzar la boya. Es más, al entrar en la zona de las tres esloras, por la regla 18.2 , si está comprometido tendrá derecho al interior en la boya.

En cambio, si el viento rola a la izquierda todos los que recorrían el layline lo tendrán muy difícil para pasar la boya sin virar por avante. Esta última situación es la típica en la que se forma un atasco monumental. Así que lo que parecía tan seguro ya no lo es tanto, ¿no?.

Yo era adicto a llegar amurado a estribor a la boya, lo reconozco. A partir de la mitad de la ceñida, estaba siempre obsesionado por llegar al layline de estribor y navegar muchos metros hacia la boya tranquilamente, concentrado en correr todo lo que pudiese. Estaba realmente enganchado. Pero me estoy quitando de esta droga, de verdad. Mucho amurado a babor se me ha colado pidiéndome interior, y también me he quedado enganchado en alguna boya por un role a la izquierda de última hora.

El que llega arriba amurado a babor lo hace porque los roles le han llevado a ese lado del campo, por que hay más viento, o por cualquier otra razón, pero seguro se encontrará con la fila de barcos amurados a estribor que le miran con cara de pocos amigos, o simplemente le ignoran confiados en su opción. Este audaz navegante debe tener primero en cuenta una cosa, y es que la regla 18 (interior) no se aplica al barco que vira dentro de la zona de tres esloras a la boya.


Esto implica que un barco que llega amurado a babor  la boya y vira dentro de la zona de tres esloras, no puede pedir interior ni hacer navegar al amurado a estribor por encima de un rumbo de ceñida. Prácticamente el que ha virado dentro de las tres esloras, pierde todos sus derechos, así que es importante recordar que si vamos amurados a babor contra el muro de barcos amurados a estribor no debemos virar dentro de esa zona.

Existe una opción para los amurados a estribor que en el último momento reciben un role a la izquierda y ya no consiguen virar la boya navegando en ceñida a rabiar. Esa opción es "lanzar" el barco. Esto funciona muy bien en regatas de crucero, para hacerlo en la vela ligera hay que practicar el "golpe de riñón". ¡A mi no me sale ni a tiros!

En un crucero, lanzar el barco consiste en aproarlo justo al llegar a la boya, con la esperanza de que la inercia nos permita pasar la boya y caer. En un vela ligera la cosa tambien va de inercia, pero además el/los tripulantes tienen que abanicar la vela justo antes de aproar para sacar un impulso extra compensando así la inercia que no tiene un barco tan ligero. En estas dos opciones hay que acordarse de soltar la trapa al aproar, para que una vez pasada la boya la vela nos permita caer y continuar navegando.

Seguro que alguno de los que leen este blog ha vivdo esto infinidad de veces, igual nos cuentan algo nuevo. Mientras tanto yo seguré intentando quitarme de ¡mi adicción a la layline de estribor!.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Post muy bueno! La emoción al verte rodeado de barcos en barlovento no tiene precio :) En el video del J me a impactado una barbaridad la tranquilidad con la que se toman la colisión...yo veo una botavara clavándose así y me da algo!!! jajajaja

Cástor dijo...

Jajjaja.... te contaría alguna aventura, pero como ya conoces bastante de mis "chickens on the buoy"·.. pues eso, buen artículo.

Anónimo dijo...

Que emoción sobre cogedora la de recorrer entre las olas a toda vela a la par de los demás navegantes.

Excepcional experiencia!!!!

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