Una vela láser en la Vendée. ¡Samantha Davies no es torpe!.

Para los que no lo sepan, la Vendée Globe es una regata que sale de Francia y recorre la ruta de los tres cabos circunnavegando el mundo sin escalas, en barcos dela clase IMOCA, de 60 pies (18 m) tripulados en solitario, y sin asistencia. Dicho así ya se hace uno una idea de lo dura que puede ser esta regata. Pero para los que conocen la vela oceánica es mucho más. La Vendée es la cima de la vela en solitario, un desafío que muy pocos han podido acabar y que sale cada cuatro años de la región francesa del mismo nombre. La salida de la edición de este año tuvo lugar el domingo de hace dos semanas y a estas alturas los primeros están cruzando las calmas ecuatoriales un poco más al sur de las islas de Cabo Verde.

Muchos navegantes se preparan desde muy jóvenes (sobre todo los franceses) para llegar algún día a correr la Vendée Globe. Empezando a competir en Mini 6,50, pasando por los Fígaros o los Open 40, todas ellas clases en solitario, los patrones se enfrentan a un camino en el que muchos se quedan en la cuneta por falta de patrocinadores, resultados, o simplemente por mala suerte.
En la Vendée hay tres puntos críticos en los que suelen ocurrir las roturas que siempre sufren varios de los barcos que participan, que son el cabo de Buena Esperanza en África, el mítico cabo de Hornos y aunque parezca mentira, en todas las ediciones entre el Cantábrico y la costa de Portugal, siempre caen bastantes participantes.

La imagen que se puede ver más abajo es el Saveol de Samantha Davis, la única mujer que participa en esta edición, y que frente a la costa de Portugal ha perdido el palo. Samantha ha alcanzado las islas de Madeira, donde ha conseguido un palo de un First Class 8 y una vela que todos conoceréis para improvisar un aparejo de Fortuna que le permita llegar a Cascais.

Imagen Vendée Globe http://www.vendeeglobe.org/
Ahí se ve la velita de láser en lo que parece un través o una aleta, tirando de todo un 60 pies en medio del Atlántico. Una máquina de navegación oceánica hecha de carbono, titanio, kevlar, con lo último en electrónica, acastillaje y velas, empujado por un trapito de dacron diseñado en los años 70. El sueco que se la ha prestado ya tiene un barco un poquito más famoso, porque ese número de vela ha dado la vuelta al mundo, por lo menos mediáticamente, cosa que Samantha ya no podrá completar esta edición.

Este año, el mallorquín Bubi Sansó corre esta regata en el Acciona 100% Ecopowered. El primer  IMOCA 60 que genera toda la electricidad que consumen este tipo de barcos de forma  completamente ecológica, usando paneles solares, hidrogeneradores y pilas de combustible. Bubi estuvo en mi club, el Liceo Marítimo de Bouzas en el 2008, después de que hubiese participado en la Barcelona World Race de aquel año junto a Pachi Rivero. Vino a darnos una charla en la que creo que parpadeé dos veces, durante la hora que duró. En aquella ocasón le pregunté si sabía cuando correría su segunda Vendée (participó en la del 2001) pero no lo tenía nada claro... ¡y miradlo ahora!.

Gracias a todos los que me habéis mandado mensajes avisándome de esta imagen para que la incluyese en el blog del Laserista Torpe. De verdad me ha gustado mucho ver como os acordáis del blog cuando veis una vela láser. :)

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