De vuelta de Mallorca.

Ya estoy de vuelta de Mallorca, y me ha encantado volver a navegar en mediterráneo, con ese azul turquesa tan profundo y esa luz especial.

Todo empezó en el puerto de Andraxt, al E de Mallorca, donde me reuní con el dueño del barco, un Elan 333 de 9,99 m de eslora recién comprado y que me ha causado una muy buena impresión. Un barco muy bien acabado y con unos interiores robustos y funcionales. Todo el acastillaje de cubierta es Harken, y la jarcia de la casa Selden

El barco está equipado con radar y sistema AIS, algo que da mucha tranquilidad por la noche, y fue lo que más usamos, por que el tráfico, sobre todo en el segundo tramo de la travesía fue bastante intenso.

Salimos de Andraxt sobre las 16 h con un viento de proa iba muriendo poco a poco. Dejamos al través de estribor la isla de dragonera, y enfilamos directos hacia Valencia.

Isla de Dragonera
Antes de que se puesiese el sol ya se adivinaba Ibiza en el horizonte, apareciendo por la amura de babor, en ese momento recibimos la visita de un par de delfines, que vinieron a jugar con la ola de proa, pero que en cuanto nos vieron el careto escaparon y no los volvimos a ver.


La luz del Mediterráneo
Este carguero nos cruzó la proa aun de día.

Un sol muy grande, justo antes de ponerse.
 Poco a poco se hizo de noche, y empezamos a prepararnos para las guardias. Tuvimos suerte con el tiempo, la noche fue despejada y no hizo mucho frío, así que sentado en la bañera se podían ver todas las estrellas del cielo entre vistazo y vistazo a la proa y el radar.
El AIS funcionando en plena noche.

AIS (Automatic Identification System) es un sistema de navegación que identifica y proporciona información de rumbo, velocidad, a otros barcos o estaciones que dispongan del sistema. Con esa información se vé claramente cual es el rumbo que sigue cada barco, y si existe una situación comprometida con el tráfico en cada momento. El software que trata la señal AIS, calcula las intersecciones y avisa si existe algún riesgo. Por supuesto, no todos los barcos disponen de AIS, por lo que hay que estar siempre atento a todas las luces que se ven el horizonte, especialmente los pesqueros, que dan poco eco en el radar.

Organizamos las guardias turnándonos para dormir y velar cada dos horas entre el patrón y yo, anotando la posición, rumbo, velocidad y hora en cada cambio de guardia. La única pega de todo el viaje es que el viento sopló de proa toda la noche, haciendo que no pudiésemos navegar a vela en toda la travesía. :(

Ya de día, llegando a Valencia, encontramos todo el tráfico de salida y entrada al puerto, y el tamaño de los barcos a veces impresiona bastante. En concreto, el de la siguiente foto venía desde el SE hacia Valencia y ya desde 5 millas de distancia el AIS comenzó a a avisar de que había problemas. La marcación con este barco no variaba a medida que nos acercábamos, pero a medida que nos acercábamos a puerto sábiamos que él tendría que aminorar. Además al vernos él en su costado de estribor la preferencia era nuestra (navegábamos a motor).


Al final, así fue y pasamos su proa a 2 cables, mientras la lancha del práctico del puerto de Valencia se acercaba para desembarcar al piloto.


Una vez amarrados en Valencia, empezó lo duro, ya que hubo que desmontar las velas, la jarcia entera y la antena del radar para que al día siguiente pudiésemos cargar todo en el camión que llevaría el barco a Vigo.


Recién llegados al R.C.N. de Valencia.

Desmontar velas y botavara fue fácil, pero el palo fue un poco más difícil. El palo del barco traspasa la cubierta a través de su fogonadura hasta apoyar en la orza, por lo que para desmontarlo hay que levantar el palo 2 m antes de que quede libre. La grúa del RCN de Valencia daba la altura justa y la operación fue bastante delicada, pero al final de la tarde teníamos el palo en el suelo y "embalado" para cargarlo en el camión.
Una foto del palo ya desmontado, con parte de la flota valenciana de Platú al fondo.

La antena de radar aun dio algún que otro problema, y acabamos de desmontarla a las once y media de la noche. Total, que fue un día muy largo después de una noche entera de navegación.

Al día siguiente, izada en el travel lift y carga en la góndola de transporte que llevaría el barco hasta Vigo. Cepelludu, la empresa que se encargó del trabajo conocía bien este tipo de transportes, y la carga se hizo con mucho cuidado y protegiendo las partes sensibles del barco para el largo viaje.

2 comentarios:

Toquinho dijo...

Envidia nos das Iago. Un abrazo desde Coruña

laserista torpe dijo...

Envidia das tú!

Pedazo de subcampeón de la copa de España de Finn

:)

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